El amor duele

  
     El amor duele. Perdonenme poetas por no encontrar una metáfora apropiada, ni un giro retórico para expresar lo que se siente estar partida en dos. Hablaré en primera persona, no hallo ente alguno para endosarle mi voz.
       De nuevo intenté probar de esa miel escasa,  mi amor y el entorno me echaron en cara que esta es la maldita vida real, que no existe "para siempre" ni la "eternidad" que en este siglo no se viven historias como la de Tristán e Isolda, ni la Orfeo y Eurídice, ni la de Ulises y Penélope. ¿Trágicas?  ¿de otra época? ¿de papel? si, puede ser, pero yo tengo el alma anacrónica alimentada de literatura y mitología. ¿De qué me sirve tanta cultura, tanto libro leído, tanta metáfora, anécdota, alegría? Si cuando intento compartir todo mi mundo: abrumo. Tengo que aprender a dosificarme,  porque puedo no ser adecuada para los parámetros estandarizados de lo que se espera de una mujer, resulta que no estoy a la altura o no me dan la talla.       
       Había encontrado mi leitmotiv. Me enamoré, el se enamoró, cada uno representaba lo que el otro soñaba, estaba convencida  de que  lo que viviría a partir de tan esperado encuentro sería solo amor. Hubiese apostado mi propia existencia porque creía ciegamente en que compartiríamos la vida y envejeceríamos juntos. Me entregué en cuerpo y alma, en su regazo tenía mi puerto seguro, éramos destinatario y remitente de una pasión de la que  solo el y yo sabemos. Vivimos  un amor genuino, sentí que me amaron plenamente, yo amé hasta con la última célula que me compone. Fui feliz, andaba en una nube tomada de su mano, pero me soltó. La cobardía, los paradigmas, los malos consejeros y las estructuras desvencijadas nos ganaron la partida, agradezco haber sentido este amor que hoy me hace miserable y triste, amor que me hace daño; se fue mucho de mi con él, se quedó mucho de el conmigo.
       ¿Será qué no merezco un amor duradero? ¿Será que no es fácil convivir conmigo?, ¿Será por mi personalidad variopinta, porque soy culta, sensible, vegetariana, por mi  inclinación política  izquierda gandhiana- gramsciana? A veces quisiera ser rudimentariamente mediocre, sumisa, silenciosa y servil, pero solo a veces, me cuesta mucho soslayar la inteligencia propia y de quien  me acompañe. ¿Egocéntrica? si, también habrá algo de eso.
     Fui y soy  capaz de arriesgarlo todo por vivir el amor a plenitud, pero siempre me encuentro en el camino con   marionetas de un destino torcido. Pido perdón al maestro Quiroga porque no hice caso a  su recomendación de no escribir bajo el imperio de la emoción, dejarla morir y evocarla luego; de verdad en estos momentos necesito de esta expiación a través de las palabras. Al sentirme como me siento,  solo puedo acudir a los referentes de mi mundo, pienso en algunos versos de Alejandra Pizarnick, en East Coker de los cuatro cuartetos de Eliot, en la canción desesperada de Neruda y en el.




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