Un poeta gira por las provincias de su país de Rafael Castillo Zapata
Los poetas
cuando viajan
son como hermanos
que el padre lleva
de excursión y toman
por la carretera como
por un río que los conduce a algo
parecido a la felicidad.
II
Son como niños los poetas
cuando viajan y se asoman
por las ventanillas a respirar
el aire verde gris de las afueras:
más allá de las últimas pancartas
donde la ciudad se vuelve a medias campo,
suburbio de industria o basurero,
ellos encuentran el límite dichoso
donde comienza por un tiempo
el fin de la rutina
que aborrecen tanto
como los demás
su oficio cotidiano. Adoran,
como ellos, el turismo.
III
Cuando viajan, los poetas
también olvidan, se deshacen
de pesadas cosas: de un amor
que se fue
y que viajó también esa mañana
pero en otra dirección; escapan
de la imponencia de un compromiso
molesto aquí o allá,
una mposibilidad, un reto,
todo, la vida; y recuerdan
el perro que tuvieron
y los tobos y las palas para arena que tuvieron y a la vez
y una hermanita perdió un zapato
que la brisa arrastró hacia la cuneta.
IV
Los poetas cuando viajan
se devuelven en la vida:
así dicen que es la muerte; un viaje
en una máquina del tiempo
en la que el hombre retrocede
- pasa revista-
y ve de nuevo las vacas de su infancia
y las estaciones de servicio en las carreteras de su infancia
y los puestos de comidas de las encrucijadas de su infancia,
donde conocieron el azar
en las luces de una maquinita de monedas.
En honor a mi profesor favorito: Rafael Castillo Zapata. Gran poeta e investigador venezolano. Gracias por todas las enseñanzas.
cuando viajan
son como hermanos
que el padre lleva
de excursión y toman
por la carretera como
por un río que los conduce a algo
parecido a la felicidad.
II
Son como niños los poetas
cuando viajan y se asoman
por las ventanillas a respirar
el aire verde gris de las afueras:
más allá de las últimas pancartas
donde la ciudad se vuelve a medias campo,
suburbio de industria o basurero,
ellos encuentran el límite dichoso
donde comienza por un tiempo
el fin de la rutina
que aborrecen tanto
como los demás
su oficio cotidiano. Adoran,
como ellos, el turismo.
III
Cuando viajan, los poetas
también olvidan, se deshacen
de pesadas cosas: de un amor
que se fue
y que viajó también esa mañana
pero en otra dirección; escapan
de la imponencia de un compromiso
molesto aquí o allá,
una mposibilidad, un reto,
todo, la vida; y recuerdan
el perro que tuvieron
y los tobos y las palas para arena que tuvieron y a la vez
y una hermanita perdió un zapato
que la brisa arrastró hacia la cuneta.
IV
Los poetas cuando viajan
se devuelven en la vida:
así dicen que es la muerte; un viaje
en una máquina del tiempo
en la que el hombre retrocede
- pasa revista-
y ve de nuevo las vacas de su infancia
y las estaciones de servicio en las carreteras de su infancia
y los puestos de comidas de las encrucijadas de su infancia,
donde conocieron el azar
en las luces de una maquinita de monedas.
En honor a mi profesor favorito: Rafael Castillo Zapata. Gran poeta e investigador venezolano. Gracias por todas las enseñanzas.
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Carmen Cristina Wolf