Pasillo soledad


Pasillo vacío aferrado a verbos en pretérito,
crucigrama entreverado, irresoluto,

soledad,

comprobación del vaticinio de quien miraba con fe
a la eternidad.

Entre maniobras sin gracia y palabras sin padre,
 en la discreción de quien se sabe inteligente,
 ante el desprecio intrínseco,
una mirada de soslayo,
rumor de soliloquio hiriente
como clavo corroído
incrustado a la fe que hoy yace extinta.

Recuerdo el día en que morí,
me quedaste en las cartas, 
en esas calles a las que solo iba contigo
y los lugares míos que aun no puedo exorcizar.
                                                                                                                           
Me iré no se a dónde y voy a extender los brazos, alcanzaré la risa tuya
y  los labios que eran mios,
iré al pretérito pluscuamperfecto de aquel preludio de equinoccio
y le pediré mi vida de vuelta.

                                                                                                                Gabriela Durán Arnaudes

Comentarios

Entradas populares