Tres poemas de Antonio Gamoneda

     Desde hace algunos años sé de Antonio Gamoneda, tuve la oportunidad de asistir a una conferencia en la cual habló de la poesía y su labor poética. Me encantó, quedé prendada de sus palabras, de su experiencia y de la simplicidad que surgía como caudal de todo lo que decía. 
    En el cuarto festival de la lectura de Altamira, compré un libro llamado Veinte poetas españoles del siglo XX, editado por la Fundación Editorial El Perro y la rana, debo confesar que, adquirí el texto porque entre los 20 poetas se encuentra Gamoneda.
   Mi esfera interior humana ha sufrido movimientos telúricos recientemente y los poemas que suscribo a continuación, escritos por Antonio Gamoneda, no fueron más que un recordatorio de los sentimientos latentes que habitan en mi corazón y que aunque quiera renunciar a ellos, no desfallecen, siempre pulsan.

Existían tus manos
Un día el mundo se quedó en silencio;
los árboles, arriba, eran hondos y majestuosos
y nosotros sentíamos bajo nuestra piel
el movimiento de la tierra.

Tus manos fueron suaves en las mías
y yo sentí la gravedad y la luz
y que vivías en mi corazón.

Todo era verdad bajo los árboles,
todo era verdad. Yo comprendía
todas las cosas como se comprende
un fruto con la boca, una luz con los ojos.


Amor
Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mi
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casí no se más. Yo solo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que aveces pesa también en mi corazón.


De Descripción de la mentira
 El óxido se posó en mi boca como el sabor de una desaparición.

El olvido entró en mi lengua y no tuve otra conducta que el olvido,
y no acepté otro valor que la imposibilidad.
Como un barco calcificado en un país del que se ha retirado el mar,
escuché la rendición de mis huesos depositándose en el descanso;
escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espaio y en mi espíritu,
y no pude resistir la perfección  del silencio.


Antonio Gamoneda. Poeta  español nacido en Oviedo en 1931.
Es una figura emblemática de la literatura europea. Su obra, de una fuerza excepcional, ha sido reconocida tardíamente como una de las grandes voces de la poesía española actual. 
Aunque cronológicamente podría pertenecer a la generación de los cincuenta, su obra ha permanecido aislada de cualquier  tendencia poética.
Doctor Honoris Causa
por la Universidad de León, ha recibido entre otros, el Premio Castilla y León de las Letras en 1985, el Premio Nacional de Poesía en 1988  por «Edad» el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana  XV Edición por el conjunto de su obra, y el Premio Cervantes en 2006. Además fue nominado al Premio Europa 1993
por su «Libro del frío».
Parte de su obra está contenida en los siguientes volúmenes: «Sublevación inmóvil» 1960, «Descripción de la mentira»
en 1977  y 1986, «León de las miradas» 1979 y 1990, «Blues castellano» 1982, «Lápidas» 1986, «Edad» 1988,
«Libro del frío» 1992, «Libro de los venenos» 1995, «¿Tú?» 1998, «Sólo luz» 2000 y «Cecilia» 2004.


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