Holocausto. El genocidio si existió

Me gusta el teatro, es un hecho consagrado y consabido, más aun cuando disfruto de producciones que trascienden el pacto ficcional y logran tocar mi alma; esto me sucedió hace poco cuando acudí a ver “Holocausto” un espectáculo de danza-teatro que paradójicamente comienza con un prolongado silencio en armonía con los acompasados movimientos de un grupo de bailarines que logran conformar una metáfora perfecta al dibujar rítmicamente las remembranzas que atormentan a Adalia, quién evoca desde una esquina recuerdos de noches de salón, alegría y juventud truncada con la llegada del Tercer Reich.
     A través de los recuerdos de Adalia el espectador logra revivir la historia de uno de los peores sucesos de la humanidad, la ocupación Nazi y el posterior Holocausto. En principio las canciones y coreografías manifiestan  lo apacible y bien llevada que era la vida antes de la aparición del liderazgo desmedido de Hitler, quién supo valerse de su carisma para proponer a las masas medidas extremas que, según el, garantizarían el futuro de Alemania ante la depresión económica que había iniciado en 1929.
     Durante el desarrollo de la obra se plantean muchas dicotomías, en primera instancia la vejez y la juventud, evidenciadas en el personaje de Adalia, que es representada en dos facetas vivénciales. Tenemos a una Adalia anciana y abatida interpretada con gran soltura por Mery Cortez y una Adalia joven y llena de esperanzas, encarnada por Génesis Brito. Ambas actrices demuestran el despojamiento vital, lo que se siente al perder un amor, la nostalgia y lo dolorosa que se torna la vida cuando se vive anclado al recuerdo de una tragedia de tal magnitud.
    La otra dicotomía presente es la desigualdad social, mientras los seguidores del “führer” beben en copas de cristal y alegres entonan himnos de la nacional socialista, millones de judíos, gitanos, homosexuales y comunistas son transportados en trenes hacia los campos de concentración. Mientras Hitler piensa en Eva Braun o le regala finos obsequios millones son humillados en las calles, separados de sus familias y despojados de sus vidas por el simple hecho de no pertenecer a la raza aria.
   Me maravillaron los símbolos, emblemas y analogías utilizadas para demostrar esta etapa de la historia. El sonido de botas militares trastocando el ritmo de quienes bailan, conforman el primer anuncio de que algo oscuro se avecina, preparan al público para
recibir a Hitler, quién aparece desde el público. Levy Rossell como actor bien sabe jugar con la escena, encarna magistralmente a uno de los personajes más temidos del siglo XX, caracteriza la mirada, el movimiento de los brazos y la manera de caminar. Una Adalia, dos edades, un amor: Aron un joven judío, interpretado por Vito Gasparini. También quedé gratamente sorprendida por los dotes actorales de la comunicadora social Marycarmen Sobrino, quién encarna a Eva Braun, amante y esposa legal de Adolfo Hitler. Rosalinda Serfaty demuestra una vez más que es una gran actriz, se nota el trabajo, el interés por el tema y los sentimientos volcados a la interpretación al observar sus transiciones emocionales y la evolución de su personaje en escena.
La música estuvo presente de principio a fin. Pablo Schneider tuvo buen tino al componer la música incidental y escoger piezas como Carmina Burana de Carl Off y el esperanzador Himno de la Alegría para momentos importantes de la pieza teatral.
   Debo destacar que Levy Rossell aparte de interpretar a Hitler también es el director de esta obra, logró crear una atmósfera atemorizante al recrear la fe ciega que tenía la gente ante el nuevo lider, guió a los actores integrantes de la Cátedra Venezolana de Escena para que lograsen reflejar la ignorancia de las masas que se entregaron ante saludo fascista Heil Hitler.
Al observar este trabajo desde diferentes perspectivas como espectadora, como pichón de dramaturga y directora de teatro que soy, celebro el trabajo de Mery Cortez quién demostró con esta obra una de sus preocupaciones existenciales, logró transmitir un mensaje humanizador, mostró ante el público otra faceta de la Mery coreógrafa y artífice de espectáculos de televisión, para ello contó con el apoyo de un valioso equipo de actores, bailarines, musicalizadotes, técnicos y de su entrañable amigo Levy Rossell.
Expreso que quedé altamente complacida y conmovida me gustaría que se extendiera la temporada de “Holocausto. El genocidio si existió” ya que es una obra que impacta en la conciencia y en el corazón.

Comentarios

Karla Pravia ha dicho que…
Con esa descripción lamento no poder haber visto esta obra.

Saludo!
LEVY ROSSELL ha dicho que…
HOLA GABY . EL PROXIMO SABADO 2 DE ABRIL SE EXHIBIRA EL DOCUMENTAL DE HOLOCAUSTO EN EL TEATRO DON BOSCO A LAS 7 P.M., PARA QUE LE AVISES A KARLA PRAVIA Y OTRAS PERSONAS QUE DESEES QUE LA VEAN. SALUDOS. LUISA

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