Cinema Paradiso ¿Quién quiere ser Salvatore di Vita?

Cinema Paradiso, sin duda una de las mejores películas de la historia, ganadora del Oscar y Globo de Oro en 1990 como mejor película extranjera.

A lo largo de Cinema Paradiso, dirigida magistralmente por Giuseppe Tornatore, observamos el devenir vivencial de Salvatore di Vita desde que es un niño de 10 años hasta que se convierte en un fructífero cineasta de aproximadamente 50 años, quien desde su perspectiva va desgajando la problemática social de la Europa de la postguerra y una entrañable historia del cine.

Desde niño Salvatore se muestra inteligente, sagaz, observador, intuitivo y travieso. Un niño que se alimenta de cariño y saberes fragmentados. Sus preguntas suelen carecer de respuestas: ¿por qué la guerra me arrebató a mi padre?, ¿Por qué Pepino es comunista? En su inocencia, resulta muy profundo y comprensivo. Toto –como todos llaman a Salvatore en el pueblo- es el retrato de todo niño de la postguerra.

La película se construye desde un inmenso flash back de Salvatore Di Vita quien cae fulminado silenciosamente en su cama por la triste noticia de la muerte de su gran amigo Alfredo. Una analepsis que retrocede la historia treinta años, le permitirá a los espectadores conocer la historia de Salvatore, hurgar en su memoria y desempolvar sus recuerdos.

Aquellos momentos inolvidables que construyeron su imaginario, como: todos los días de películas de vaqueros, clásicos italianos, muchos regaños de su madre y la consolidación de una gran amistad con Alfredo. Las largas sesiones de aprendizaje de mano de Alfredo, todos los trucos y secretos de la proyección cinematográfica, las cintas, los tiempos, los encuadres, los recibos. Tambi en ese recuerdo tan doloroso y fecundo de la adolescencia; el de un Salvatore apasionado por el cine, provisto de una gran sensibilidad que sucumbe ante el amor por primera y única vez: Elena. Tortuosa su corta unión, la vida y las condiciones de supervivencia no le permiten estar juntos. Son separados por diferencias sociales. Toto siempre vivirá estigmatizado por ese amor imposible e inolvidable. Por eso parte a Roma, donde se convierte en un gran cineasta ,exitoso en el ámbito profesional y económico, pero incompleto en su dimensión interior. Aun después de 30 años en su Giancaldo natal, su madre comprende ese gran vacío que no ha logrado llenar con el pasar de los años. Salvatore o Toto un hombre integro pero inestable emocionalmente, que se fue de Giancaldo huyendo de un recuerdo que aun hoy lo persigue.

En el sustrato del film, encontramos soslayados sin ser invisibilizados algunos elementos dignos de un estudio pormenorizado, por ejemplo: la condición de subordinación de la mujer, la mujer proletaria, la figura de la mujer triste, deprimida y abandonada que no posee otro sustento psicológico, físico y/o material que el que puede aportarle un esposo y la familia como primera institución. También la imagen del cura en Cinema Paradiso como primera y única autoridad moral, dedicado a una larga sesión de censura de películas, eliminación de todos los besos, caricias y todo aquello que el considere “obsceno”.

Cimema Paradiso es una gran película, digna de ser vista y analizada, desde diversas ópticas y perspectivas, ese film lo tiene todo: un recorrido panorámico y profundo por los albores del cine, las secuelas de la segunda guerra mundial en Europa, la impronta del comunismo y una banda sonora que eleva, que prefigura imágenes y recuerdos que a momentos nos hace sentir como otro: Salvatore di Vita.


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